Condiciones
económicas y el proyecto de vida
La poderosa corriente materialista que inunda con su perspectiva a las
ciencias humanas y que precisamente hace que éstas conserven el calificativo de
“ciencias”, condenaría un curso de psicología que, como el presente, ha dejado
para el final las relaciones entre economía y el comportamiento humano.
Para el materialismo histórico la cosa es sencilla: las relaciones de
producción que se dan en el interior de la sociedad y que son condiciones
naturales de su economía, a saber, trabajo, producción e intercambio, generan
las relaciones sociales, el tipo de sociedad, la forma cultural, la ideología
política, la religión y todo lo demás que podamos englobar dentro de la
producción propiamente humana. Todo ello está determinado por las relaciones de
producción de la base de la estructura social. De tal manera que un proyecto de
vida, las decisiones que un individuo cree tener sobre ellas, no es otra cosa
que lo que su relación económica con una sociedad le permite.
En efecto, todos los seres humanos padecemos hambre y debemos
alimentarnos; algunos de nosotros adquirimos la responsabilidad de una familia
y debemos alimentarla y protegerla del clima inclemente en una vivienda.
Necesitamos entonces, como mínimo necesario para vivir, un hogar y un alimento.
Pero esto sólo se consigue arrancándoselo a la naturaleza, es decir, requiere
una actividad que se dirija hacia ella y le arranque sus frutos o sus materias
primas para la construcción. En pocas palabras y haciendo uso de la acepción
física de la palabra, se necesita: trabajo.
Los seres humanos somos altamente sofisticados y de poder hacerlo
buscaremos la comodidad del mejor hogar posible y el bienestar de los mejores y
más suculentos alimentos. El resultado de esta búsqueda de lo mejor tiene el
resultado indirecto de proporcionar prestigio a quien adquiere esos bienes
muebles y de consumo. Podríamos pensar acaso que la relación sea la inversa,
que la búsqueda de prestigio nos lleve a consumir mejores alimentos o habitar
casas más hermosas y suntuosas.
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