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Tensiones individuo y bienestar social 


Tenemos a un ser humano que, no obstante su capacidad para recordar, parece olvidar o querer ocultar que se encuentra diluido en un complejo social. Parece no darse cuenta que los logros o dificultades de su sociedad le incumben debido a que lo afectan de forma determinante, que lo arrastran como si lo social fuese una marea incontenible. Una baja autoestima social, propia de pueblos convulsionados o desarraigados como el colombiano, termina por hundir las esperanzas de cambio o progreso de algunos individuos que no quisieron aceptar el cuento del tercer mundo.
La sociedad actual, barrida por un capitalismo salvaje, empieza cada vez más a rescatar aquellos valores donde se han asentado desde tiempos inmemoriales los lazos sociales: la religión, la responsabilidad con una comunidad, la solidaridad, el trabajo, los ideales, etc. Todas esas cosas que parecían haber ido a parar al baúl del olvido, de lo innecesario, de lo superfluo, retorna con todo el peso de su razón de ser: religar a la sociedad en torno a valores específicos de carácter altruista.
Ahora entendemos a los seres humanos del pasado que hicieron de sus religiones su más respetada creación; allí radicaba el núcleo cohesionador.
El ser humano moderno que prefiere asumir la muerte de Dios como un logro de la libertad, deberá, no obstante, entender que su nueva forma de pertenencia y responsabilidad con lo social, reposa aún en una creencia: una creencia en las leyes que los seres humanos se dan los unos a los otros.

Simplemente el ser humano depende de lo social y el mantenimiento de la sociedad reposa en una serie de reglas, de renuncias, de promociones de determinados comportamientos, de leyes, de supones que existen cosas buenas y malas, de inventar un orden, de fomentar una veneración de ese orden por medio de símbolos, en fin, establecer un marco de convivencia que siempre es el trabajo creativo de un artista. Durante toda la historia de la humanidad se ha hecho esto; cada sociedad busco las formas de suplir estas necesidades y creo órdenes que así se lo permitieron.

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Condiciones económicas y el proyecto de vida

La poderosa corriente materialista que inunda con su perspectiva a las ciencias humanas y que precisamente hace que éstas conserven el calificativo de “ciencias”, condenaría un curso de psicología que, como el presente, ha dejado para el final las relaciones entre economía y el comportamiento humano.
Para el materialismo histórico la cosa es sencilla: las relaciones de producción que se dan en el interior de la sociedad y que son condiciones naturales de su economía, a saber, trabajo, producción e intercambio, generan las relaciones sociales, el tipo de sociedad, la forma cultural, la ideología política, la religión y todo lo demás que podamos englobar dentro de la producción propiamente humana. Todo ello está determinado por las relaciones de producción de la base de la estructura social. De tal manera que un proyecto de vida, las decisiones que un individuo cree tener sobre ellas, no es otra cosa que lo que su relación económica con una sociedad le permite.
En efecto, todos los seres humanos padecemos hambre y debemos alimentarnos; algunos de nosotros adquirimos la responsabilidad de una familia y debemos alimentarla y protegerla del clima inclemente en una vivienda. Necesitamos entonces, como mínimo necesario para vivir, un hogar y un alimento. Pero esto sólo se consigue arrancándoselo a la naturaleza, es decir, requiere una actividad que se dirija hacia ella y le arranque sus frutos o sus materias primas para la construcción. En pocas palabras y haciendo uso de la acepción física de la palabra, se necesita: trabajo.
Los seres humanos somos altamente sofisticados y de poder hacerlo buscaremos la comodidad del mejor hogar posible y el bienestar de los mejores y más suculentos alimentos. El resultado de esta búsqueda de lo mejor tiene el resultado indirecto de proporcionar prestigio a quien adquiere esos bienes muebles y de consumo. Podríamos pensar acaso que la relación sea la inversa, que la búsqueda de prestigio nos lleve a consumir mejores alimentos o habitar casas más hermosas y suntuosas. 

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La diferencia étnica y el prejuicio

Las distintas latitudes de la tierra, nos ofrecen diversas especies de animales perfectamente adaptadas al clima en el cual se desarrollan. Como hemos visto antes la cultura y todas las complejas elaboraciones de todo lo propiamente humano, no nos arrancan totalmente de la naturaleza; tenemos necesidades básicas comunes como comer o dormir, pero también, como cualquier otro animal, presentamos en nuestro fenotipo, características determinadas por la adaptación a uno u otro clima. Nuestra piel tiene un amplio rango de color que permite distintos niveles de resistencia a los rayos solares cuya intensidad es a su vez distinta en diferentes lugares del mundo.
La historia de esas comunidades y las técnicas del ser humano para lograr enfrentar cualquier ambiente, ha dispersado esas comunidades por todo el globo, separando además a los individuos que las conforman. Por ello, en las nuevas condiciones que han tenido que enfrentar, en otros lugares y frente a sociedades autóctonas ya organizadas que comúnmente no les abren un espacio, los individuos recurren a un tipo de identidad distinto al que les da el haberse desarrollado en un lugar común: las costumbres o las afinidades culturales se convierten en esa identidad en la que ahora descansa la comunidad. Dichas costumbres y afinidades culturales se han dado precisamente por la convivencia en comunidad. De tal manera que no tenemos que buscar una especie de extraño llamado de la sangre que nos hala unos a otros para hacernos comunidad.
La lucha contra el prejuicio es, por lo dicho hasta ahora, una lucha que involucra al sujeto activo y también al pasivo, es decir, a quien lo proyecta y a quien lo sufre. Pero en esa lucha el papel de este último no se reduce a rechazar el prejuicio tal y como llega desde el otro, sino a no reproducirlo, a negar cualquier especie de determinismo de tipo racial o étnico. Los seres humanos no estamos condicionados en este sentido; las expresiones culturales son un producto exclusivo de nuestra creatividad y pueden ser producidas o reproducidas una y otra vez en diferentes condiciones o contextos; pueden ser creadas de cero, negadas, cambiadas o transformadas en condiciones diferentes. Un niño de origen holandés criado en una comunidad tribal en las selvas del Congo tendrá la misma capacidad para la percusión que un nativo de esa comunidad.
Ahora bien, aunque creer en esta especie de determinaciones de tipo racial o étnico, trae consigo una serie de comportamientos que oponen unos pueblos de la tierra contra otros, y que son por ello susceptibles de derivar en agresiones de tipo físico entre las comunidades, no por ello dejan de servir también a la vida. Existe una extraña tendencia en todo lo que existe a servir al mismo tiempo a la muerte y a la vida, el prejuicio racial no es la excepción. Quien cree firmemente en la identidad racial, en el destino común de una comunidad, en las afinidades de las vidas entre las personas de unas comunidades, logra un arraigo, se aferra con profundas raíces a una comunidad a la que ama. 

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La cultura: determinante del comportamiento

La cultura está definida como todo aquello que nos protege o que nos separa de nuestro estado de naturaleza. La cultura surge del ser humano y crea a su alrededor un campo artificial que progresivamente va sometiendo a lo natural o empujándolo fuera de su frontera. Dentro de la esfera de lo cultural, que el ser humano controla, éste se siente seguro. Sin embargo, la naturaleza impregna al ser humano, le recuerda constantemente de donde proviene, cuál es su origen y a donde tendrá que retornar irremediablemente.
No debemos olvidar, que la fuerza creativa que permite la obra de arte, o la disciplina que constituye el apoyo del ritual de limpieza, ejemplos que aquí hemos considerado como propios del nivel de la cultura, provienen de instintos naturales profundamente modificados, es decir, su origen está en la naturaleza del ser humano.
Cualquier logro cultural es el resultado de la renuncia a un instinto, o mejor, de la deformación de ese instinto en sus fines originales. El arte, el lenguaje, el orden, la fiesta, la escritura, la religión, los mitos, la política, etc., no son más que elaboraciones humanas y sólo humanas, de poderosos instintos que allí se ocultan. Es por eso que la razón humana, esa capacidad que hizo sentir tanto orgullo a los primeros hombres del Renacimiento y a todos los que se hicieron llamar “modernos”, no es únicamente el proceso mediante el cual llegamos a la verdad, sino por el contrario el proceso mediante el cual adornamos con argumentos poderosos un querer visceral, instintivo.

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Las particularidades de género

Psíquicamente hablando, el hombre y la mujer no se reconocen como tales; únicamente las diferencias físicas entre hombre y mujer y los factores culturales que envuelven a uno y otro y les dan un comportamiento predeterminado que deben seguir, logran que el hombre y la mujer se sientan como tales. Pero nuestra psique no reconoce, por alguna capacidad particular, que deba comportase de una u otra manera. Ella es, por el contrario, perfectamente maleable a nuestros gustos o afectada por una obligación exterior. Se podría entonces decir que a nivel psíquico somos potencialmente bisexuales; que tomemos el camino hacia una identidad heterosexual u homosexual es cuestión que se nos impone, en gran medida, desde fuera.
Ya hemos visto la delgada línea que separa lo masculino de lo femenino, la naturaleza no nos ha condicionado mentalmente para ser los uno o lo otro. Tampoco podemos decir que lo eligiésemos en una temprana conciencia de nuestra sexualidad; para nada, ha sido más bien el resultado de una presión exterior. Tampoco se trata de una cuestión de gustos; el gusto también es un factor cultural y no natural.
El mejor comienzo para vencer los prejuicios y lograr una sociedad más incluyente, es exigirnos un esfuerzo mental suficiente que comprenda la relatividad de todo lo que existe a nivel cultural, de entender que las cosas tal y como están ahora no son el mandato incorregible de un ser divino y que todo lo que fue posible en el pasado puede serlo también hoy, pero sobre todo, aceptar y alegrarnos por el hecho de que aún quedan muchas formas de vida, valores y virtudes por inventar.

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Las diferencias sociales y el comportamiento

La sociedad no es una masa homogénea. Por el contrario, la sociedad es un cuadro multicolor de infinitos matices; en su interior encontramos a la sociedad conformada por innumerables comunidades que se interrelacionan, se abren espacios, se desplazan, se integran, se oponen, se niegan, se aceptan, se desconocen, conviven, se pelean o destruyen; algunas desaparecen mientras que otras se constituyen unas; algunas nacen para desaparecer inmediatamente sin ocasionar cambios, otras marcan o modifican profundamente a la sociedad, tanto que ésta no vuelve a ser la misma.
Pero la medición de fuerzas que las comunidades, grupos o individuos no sólo da origen a este caos de reacciones que hemos enunciado someramente, también es la razón del orden social; es una especie de orden dentro del caos que está dado por la fuerza que ejerce una de las partes sobre la otra. En una sociedad como la nuestra, los gremios de origen burgués, padres del Estado liberal moderno, han encarnado sus intereses en las leyes de la República, de tal manera que las fuerzas coactivas del Estado: policía u ejército, protegen la propiedad privada o el derecho a la libre empresa. El resultado es una sociedad que se estratifica a partir del juego de poderes que se da en su interior.
Estas dinámicas de la sociedad también determinan el comportamiento de los individuos que la conforman. Éstos deben buscar la forma de asociarse, de instalarse en un grupo con el cual se identifica y de comportarse de una forma en que dicho grupo se lo exija. El individuo cobra así identidad, compromiso, apoyo, seguridad, pero cede en su independencia.

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La psicología de las masas

La masa, en su conjunto, se comporta como un ser predominantemente instintivo: la masa no razona, responde de forma impulsiva; responde a consignas sencillas que no necesitan mayor elaboración consciente; rechaza los discursos complejos que exigen atención; es sumamente temeraria; desafía el orden establecido y pierdo la capacidad de auto-regularse o de controlarse.
Es de particular importancia la capacidad de la masa para desconocer la autoridad, desafiarla y derrocarla.
La masa por su parte, al suprimir esa instancia consciente propia del individuo aislado, pasa por encima de la legitimidad que otorga el tiempo pasado: de nada le sirvió al rey francés Luis XVI ser el representante del dios cristiano en la tierra, la masa no podía tener en cuenta este hecho en el momento en que lo llevaron a la guillotina durante la Revolución Francesa.
Esta imposibilidad de la masa para venerar lo antiguo, la convierte en el actor más revolucionario que existe; una masa de obreros descontenta y cuyas fuerzas se han desencadenado puede demoler un orden burgués por más que éste se encuentre fuertemente arraigado en el imaginario social; es decir, por más legitimo que la gente crea que sea su existencia.
La masa es sumamente voluble. Pero no sólo lo es en sus reacciones, sino al momento de tomar forma; la masa es tan voluble como maleable. En las manos del político adecuado la masa puede destruir una ciudad o por el contrario guardar absoluto silencio y obediencia.


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La psicología de grupo

El ser humano es por excelencia social de modo que su vida humana transcurre dentro de grupos primarios como la familia, y, los grupos secundarios como la escuela, el barrio y otras. En esos grupos, se hace importante destacar un fenómeno especial de la psicología social, el liderazgo. Entonces, los grupos o equipos son en tanto siguen un liderazgo, bien sea de una persona o de unos horizontes explícitos.
Es fundamental que un líder sea en buena medida reflejo de un grupo, síntoma o efecto de una dinámica grupal, en el interior de la cual es reconocido como tal, entre otras razones porque la condición humana es lo social.
También se dijo antes, que no nacemos completamente humanos, sino, que debemos completarnos, auto-construirnos y humanizarnos (neotenia) en ámbitos eminentemente artificiales, esto es, civilizatorios en los que la naturaleza, el instinto o lo innato terminan por quedar prácticamente aislados ante el bagaje enorme de aprendizajes que desarrollaremos en el seno del grupo primario y secundario.
Algunas reglas para conducir los conflictos entre los equipos: Las partes han de sentarse con la voluntad e intención de resolver o encontrar las salidas y en ese propósito deben estar convencidas de no levantarse hasta no haber construido mutuamente las soluciones. Acoger y permitir que el otro revele su ser, explicite sus núcleos más cálidos de su estructura de personalidad.
No todos los seres humanos evolucionan a la misma velocidad y además no todas las circunstancias favorecen un desenvolvimiento sostenido, identificación clara de los intereses y se aconseja ser duros con el problema y blandos entre las personas.

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La resolución de los conflictos

Detrás de cada palabra se oculta una fuerza, un deseo de dominio, de ser seguido u obedecido, de convencer, de vencer, pero con argumentos: el grito que se escapa cuando las palabras no funcionan es la prueba de ello. El ser humano es un animal agresivo genérico que, no obstante, tiene la mayor, más compleja y elaborada forma de comunicarse: puede hablar. Tan violento como cualquier animal, el ser humano puede evitar serlo canalizando esa fuerza a través de las palabras.
Construir un argumento concreto, fuerte, indiscutible, racional es, por supuesto, más difícil que lograr que se nos obedezca por medio de una patada, pero es el reto que el ser humano que se ha hecho digno del lenguaje tiene frente a sí mismo.
La resolución de los conflictos por medio del diálogo busca impedir recurrir a actos de violencia que sometan al otro. Sin embargo, la realidad en el común de los casos, es que esas palabras solo aparecen cuando alguna de las dos partes ha sido ya sometida o diezmada por el uso de la fuerza.

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Los medios de comunicación y la opinión
Tienen características importantes que posibilitan que los amplios contenidos de información lleguen extendidos a lugares del planeta de forma inmediata. Esta de igual manera hace posible que muchas relaciones personales se mantengan unidas. Como medio de comunicación podemos encontrar:
-          El Libro
-          El Periódico
-          Historietas
-          Radio
-          Cine
-          Televisión
-          Internet
Los medios de comunicación son los primeros formadores de la opinión que vienen siendo la estimación general de una población a cerca de un asunto determinado, esta puede ser recolectada mediante encuestas.
La opinión suele asociarse con los juicios subjetivos, por ejemplo, “ Este coche tiene cuatro ruedas” en este caso esto no es una opinión ya que puede trtarse de una realidad de carro, mas “ Este es el mejor coche del mundo “ esto si se trata de una opinión ya que depende de una  subjetividad de la persona.



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el lenguaje
Es el elemento clave para la vida intelectual del hombre y el desarrollo de la ciencia y la cultura, por cuanto su manejo adecuado es imprescindible para poder participar en ellas.
La función de hablar es de una complejidad tal, que sólo una palabra puede cambiar todo el significado de un discurso, por esa razón la rigurosidad de su uso se hace imperiosa para evitar errores de interpretación.
Como el lenguaje es un sistema simbólico, es decir, que las palabras son representaciones de ideas, es importante que la expresión reproduzca fielmente aquello a que se refiere y que al mismo tiempo sea entendible, de manera que no se produzcan interferencias que entorpezcan las relaciones.


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la comunicación 




 La comunicación se pude definir como un conjunto amplio de fenómenos entre los que se incluye todas aquellas actuaciones en las que una persona logra incidir sobre el entorno físico o social a través de otras personas. Por ejemplo, la comunicación corporal es una forma de comunicación mas no de lenguaje ya que sus componentes no se organizan en una estructura compleja y los contenidos que permite expresar son limitados.
De tal manera la comunicación es por lo tanto el medio por el cual logramos acuerdos o manifestaciones desacuerdos, creamos conflictos o buscamos soluciones, estas y otras manifestaciones humanas requieren de la comunicación. 

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  papeles sociales 



Las relaciones de los individuos en la sociedad no suelen producirse de forma aleatoria y poco predecible. Más bien al contrario, los actores sociales tienden a comportarse de acuerdo a unos patrones y pautas de actuación establecidas, según el papel, o papeles sociales, de cada cual. Esto es lo que los sociólogos llaman rol.
Los roles sociales que desempeñamos, nos orientan en nuestros comportamientos y nos informan de cómo hacerlo. Por eso decimos que cada persona en la sociedad desempeña un conjunto variado de roles en el desenvolvimiento de sus actividades y tareas en la esfera de la economía, de la política, de la familia, del vecindario, etc.

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  la persuacion
La persuasión consiste en la utilización deliberada de la comunicación para cambiar, formar o reforzar las actitudes de las personas, siendo estas últimas representaciones mentales que resumen lo que opinamos de las cosas, personas, grupos, acciones o ideas: si preferimos una marca a otra, si estamos a favor o en contra del aborto, qué opinamos de determinados partidos políticos, etc.
Debido a que las actitudes juegan un papel importante en la forma de comportarse, un cambio en ellas debería dar lugar a un cambio en nuestro comportamiento, que es lo que, en última instancia, se pretende con la persuasión. Podemos desear, por ejemplo, que nos compren un determinado producto, que alguien deje de fumar, que utilicen el cinturón de seguridad o que nos den su voto en las elecciones. Al conseguir que los adolescentes evaluaran la zona de aparcamientos como algo desagradable (actitud negativa) se logró también que se comportaran de acuerdo con esa actitud.
Pero las cosas no son tan simples, ya que las personas no se comportan siempre de acuerdo con sus actitudes. A veces hacen cosas que no les gusta presionados por los otros; algunas personas siguen fumando a pesar de tener una actitud negativa hacia el tabaco y otros se preguntan por qué siguen saliendo los fines de semana con esa gente tan aburrida.


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   el prejuicio


El prejuicio es una actitud que predispone a una persona para que piense, perciba, sienta y actúe de una manera favorable o desfavorable hacia un grupo o hacia sus miembros. El hecho de si el individuo prejuiciado actuará o no de acuerdo con sus actitudes, dependerá de factores situacionales y de otras clases de factores.
Prejuicio y discriminación El prejuicio suele estar ligado a la discriminación. La discriminación es un tratamiento desigual de los individuos considerados como pertenecientes a un grupo social en especial. Es decir, la discriminación es el comportamiento observable o la expresión comportamental del prejuicio; es el tratamiento que se le da a una persona por el solo hecho de pertenecer a un grupo específico. (a veces la discriminación ocurre sin experimentar prejuicio: cuando alguien en contra de su voluntad y por presión social discrimina a un miembro de un grupo minoritario. Ej.: no tengo nada contra usted por el hecho de ser ex presidiario, pero si el jefe se entera que lo contraté, puedo perder el empleo).
Qué sentimientos acompañan al prejuicio? Los prejuicios en los grupos dominantes suelen caracterizarse con cuatro tipos de sentimientos: 1- sentimiento de superioridad. 2- sentimiento de que el grupo minoritario es intrínsecamente diferente y extraño. 3- sentimiento, en los miembros del grupo dominante, de poseer reclamos legítimos al poder, el privilegio y el status. 4- temor y sospecha de que el grupo minoritario abriga intenciones de apoderarse de ese poder, privilegio y status detentado por el grupo dominante.



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   Atracción

La Psicología de la Atracción nos proporciona herramientas para comunicar de manera verbal y no verbal más adecuada, para presentarnos y establecer más fácilmente relaciones significativas con los otros, especialmente con el sexo opuesto. Todas las personas tenemos el deseo de sentirnos queridos, respetados y aceptados por los demás; la psicología de la atracción nos permite desarrollar nuestra personalidad, nuestro carisma y desarrollar aquellos rasgos que ya tenemos y que nos hacen atractivos.

 Dentro de la atracción es importante conocer que hay variables de juego interior (que es lo que pensamos sobre nosotros mismos y sobre los demás) como tener una imagen positiva de uno mismo, de los demás y de la vida en general, nuestra personalidad y la libertad emocional para ser uno mismo.
 Igualmente es importante  el llamado juego externo (lo que hacemos) como las habilidades sociales, nuestra manera de comunicar (verbal y no verbal) y ofrecer un aspecto óptimo. Estas habilidades nos permitirán expresar nuestra verdadera personalidad. Todas ellas son características que se pueden trabajar y mejorar. Si bien hay personas que tienen estas características de manera casi innata, estos aspectos han sido ampliamente estudiados y trabajados por la psicología, pudiendo trabajarse hasta llegar a un yo más carismático, seguro y atractivo.

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    atribución

La atribución ha sido planteada para realizar explicaciones acerca de las maneras en que se juzga de forma diferente a las personas, dependiendo de qué significado se aplique a un comportamiento dado. De modo específico determina si un comportamiento observado fue causado ya sea interna o externamente. Los comportamientos causados internamente son aquellos que se consideran que está bajo el control de la propia persona, en cambio los comportamientos causados de forma externa se consideran que son el resultado de causas externas.

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 Formacion de impresiones

De acuerdo con un modelo de formación de impresiones, nuestras impresiones iniciales sobre los demás principalmente consisten en ejemplos de conductas que han mostrado y que son indicativas de diversos rasgos. Sin embargo, cuando tenemos más experiencia con la gente, nuestras impresiones pasan a consistir principalmente en abstracciones o resúmenes mentales de sus conductas en muchas ocasiones.
Esto es el proceso de formarse deducciones de la personalidad y carácter de otra persona, la formación de una impresión es un aspecto importante de la percepción social. Nuestras impresiones de las características y emociones de los demás son el principal objetivo.
El atractivo físico es importante en la formación de nuestras primeras impresiones de otra gente. Quizá sea verdad que posteriormente en el desarrollo de una relación una personalidad cálida asuma mayor importancia, pero al inicio, la belleza es muy notoria y poderosa.
El atractivo físico es muy importante no sólo para las relaciones de compromiso sino también en las etapas iniciales de formación de la impresión en otras circunstancias.
Cuando la información inicial, como las primeras impresiones de atractivo, tiene mayor efecto que la información posterior sobre la impresión total, ha ocurrido un efecto de primacía, en los cuales la información inicial tiene mayor efecto en la información posterior conforme la gente intenta integrar está información posterior dentro de la estructura que se ha formado en base a las primeras impresiones. En la comprensión de la formación de impresiones, con frecuencia es instructivo tratar de entender cómo resulta la impresión final de una combinación de los elementos individuales de información.

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     Relaciones interpersonales
  


Una relación interpersonal es una asociación de largo plazo entre dos o más personas. Estas asociaciones pueden basarse en emociones como el amor y el gusto artístico, negocios y actividades sociales. Las relaciones interpersonales tienen lugar en una gran variedad de contextos, como la familia ,las amistades etc...
Establecer y conservar relaciones interpersonales significativas, así como ser capaz de terminar aquellas que impiden el crecimiento personal.
Con esta destreza existen dos aspectos claves. El primero es aprender a iniciar, mantener o terminar una relación. En la vida de las personas es normal encontrar relaciones que se fortalecen o malogran; todos conocemos a personas con dificultad para iniciar una relación, para conservarla en el tiempo o para terminarla cuando sea necesario.
El segundo aspecto clave es aprender a relacionarse en forma positiva con las personas con quienes se interactúa a diario, especialmente cuando no se decide con quién se comparte la vida cotidiana, en el caso del trabajo, o en el caso de la escuela.

             

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Documental Completo Emprendedores y millonarios Levi Strauss
Claude Lévi-Strauss
(Bruselas, 1908 - París, 2009) Antropólogo francés. Agregado de filosofía, en 1934 pasó a la Universidad de São Paulo y estudió las culturas indígenas del Mato Grosso y de la Amazonia. En 1941 hubo de exiliarse a EE UU, donde conoció a R. Jakobson, cuyo estructuralismo lingüístico le influyó de manera decisiva. Regresó a Francia en 1948 y fue profesor de religiones comparadas en la Sorbona y de antropología social en el Colegio de Francia (cuyos cursos de 1959-1982 recoge en Palabra dada, 1984). Aplicó el estructuralismo al estudio del parentesco (Las estructuras elementales del parentesco, 1949), a la antropología cultural (Sociología y antropología, 1950; Antropología estructural, 1958 y 1973) y al estudio de las clasificaciones (El pensamiento salvaje, 1962; El totemismo en la actualidad, 1962) y de los mitos (Tristes tópicos, 1955; serie Mitológicas, 1964-1986: Lo crudo y lo cocido, De la miel a las cenizas, El origen de las maneras de mesa, El hombre desnudo y La alfarera celosa). Entre sus últimas publicaciones cabe destacar también Los símbolos y sus dobles (1989) e Historia de Lynx (1991).